No llora, no vale la
pena. Las lágrimas de tristeza envenenan el cuerpo a los pocos, crean
enfermedades, revuelta y depresiones. Las únicas lágrimas que usted debe llorar
son las de alegría, que hacen bien al alma y quitan el peso de tu corazón. Bien
lo sé cuánto es difícil cuando somos humilladas y dependientes de los otros que
hacen todo para tornar nuestro día aún peor, desesperador.
Pero cuando eso pasar,
respire hondo y recordase que nada es eterno, ni mismo el sufrimiento que ahora
te aflige. Siga siempre en frente porque días mejores vendrán.
Kátia Paes
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