Quien hace de la hambre de
otros su aliada que usa para matar animales de calle, que nada les hicieron, morirá
del agua amargo, pues Dios pune y Él dijo: “amarás a tu próximo” y no a su semejante.
Morirá de lágrimas amargas del agonía y del sufrimiento de los animales a quién
ellos mataron. Aquí se hace, aquí se paga.
Que muchos en su vejez quedan ladeados,
sin hablar, y sentimos pena, pero en la juventud deben haber hecho muchas crueldades
con animales, pero muchos pueden haber hecho lo que hablé arriba, pues nada queda
ajeno a la justicia divina.
Por favor, no dejen maltratar los animales en la calle,
pues ellos ya tienen la calle como madrasta.
KÁTIA PAES
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